martes, 19 de febrero de 2008

Kosovo reta a las naciones y a sus pueblos

El estado de Kósovo declara su independencia unilateralmente y abre de nuevo, viejas heridas sobre los nacionalismos y la integridad de los países. En el mundo, hay muchos problemas de identidad nacional como éste. No hace falta irse muy lejos ya que todos sabemos lo que sucede en España con los nacionalismos tan "populares" como el vasco, el catalán y el gallego, y los no tan recurridos como el del estado gibraltareño, Canarias o regionalismos como el del Reino de León.

Me gustaría hacer una reflexión y crear una opinión personal sobre todos estos casos de separatismo. Quizá me equivoque pero personalmente identifico estos problemas en base a dos factores: Por una parte la llamada "identidad cultural", que me tomo la libertad (quizá equivocada), de identificarla como complejos de personalidad de ciertos colectivos y su intolerancia… Y por otra parte, problemas mucho más serios, aunque no necesariamente más difíciles de solucionar, como la distribución de la riqueza y los recursos. Siempre, un problema de este tipo, combina estos dos factores.

Considero que, en este tipo de situaciones, lo más importante para los ciudadanos es el bienestar social, factores como el trabajo, la sanidad, el respeto por sus bienes y su integridad quedan desbancados por aspectos ideológicos que tienen poco o nada que ver con los intereses generales del pueblo de una nación. Sabemos y podemos hasta ver a través de los medios, los conflictos que hay en el mundo aunque nuestro conocimiento, no va más allá de saber dónde y cómo se pelean y algunas vagas referencias históricas. No conocemos ni interesa que conozcamos, el verdadero motivo de disputa, no nos vaya también a salpicar nuestras conciencias.

Cada caso es distinto, pero la dichosa característica del ser humano de categorizar todo, generalmente metiéndolo en el mismo saco, hace que no se resuelvan los problemas y que incluso se creen más. Insisto, cada caso es diferente.

Estas aptitudes llevan al punto de ridículo las acciones tomadas por los distintos países. Ahora, sobre el problema de Kósovo, la Unión Europea dice que "no puede decidir en bloque el reconocimiento o no de un Estado, serán cada uno de los Veintisiete los que decidan, si aceptan o no la existencia de un Kosovo independiente." Y aún por encima, Dimitri Rupel (presidente de turno de la UE), se felicita diciendo que "Europa ha superado de nuevo una prueba de unidad y ha adoptado una posición común". ¡Menudo acuerdo! Que cada uno haga lo que le de la gana... España, a través de Moratinos (nuestro ministro de exteriores) le tiembla el pulso para analizar objetivamente la situación. Están cerca las elecciones y aquí estamos muy sensibles hacia temas de nacionalismos. En mi opinión, pienso que merecemos más explicaciones de las decisiones que toma nuestro país en aspectos internacionales.

En definitiva, es muy difícil poner al mundo de acuerdo con una máquina tan oxidada, corroída y manipulada como la ONU, con gigantes con tremendos intereses económicos, armamentísticos y de poder como EEUU y con Tribunales Internacionales como la Haya, no separado de otros poderes, ni reconocido por muchos países (EEUU no lo reconoce). En el mundo, sin esto, no hay leyes.

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